30 enero 2010

PUÑALADAS DE LA MEMORIA ¿O NO?

Sales de casa, con alegría. Te dispones a encontrarte con tus amigos, pasar una buena noche de invierno entre risas, cervezas y humo de ese que da risa. Tampoco piensas excederte, hay que volver serena, o al menos aparentarlo por si la noche cambia el rumbo.
Saludos, besos, abrazos, comentarios de cuanto hacía que no os veis. Es tierra conocida, pero extraña, y hace frío. Hay que buscar un sitio en el que refugiarse y tomar la primera copa. La búsqueda dura poco, ese bar parece decente y tiene buen ambiente, precios y tapas. Va bien la cosa, se está a gusto. Os contáis lo reciente y recordáis lo pasado. El vaso está ya vacío. Camarero otra ronda. La situación se anima y se decide ir a escuchar buena música que acompañen los momentos. En esta ronda parece que los vasos eran mas pequeños.
El frío de la calle no se nota, ya se sabe que cuando se esta alegre no importa apenas lo demás. En la plaza hay gente, aunque todos siguen una misma dirección, lo suyo será seguirles. Como Vicente... Algunas canciones de antaño animan el camino y mantienen la sensación de unidad perpetua. Nunca creíste saber tantas letras.
No. No puede ser. Paras tus pasos. Crees que no es posible que pase eso en esa noche. Ves a quien no esperas y lo que no quieres. Sin darte cuenta estás rezagada. Pensabas estar preparada para esa situación. Se supone que eres fuerte. Lo sentías hasta ese momento. Quizá solo sea tu imaginación que te está jugando una mala pasada, pero sabes que en tu corazón es real. Una lágrima, una puta lágrima esta rodando por tu mejilla. Te trasladas en el tiempo, años atrás. Quieres volver a la realidad, escapar de esa mierda que te está rondando. No puedes. No lo logras por mas que quieres.
- Anicka, ¿estás bien?
- No, la verdad es que no.
- Estás blanca...¿has visto un fantasma o que?
- (Si, es un fantasma...) Me encuentro mal, casi que me voy a casa.
Echas a correr.
El tiempo.
El frío.
Las luces.
La música.
Una sonrisa.
Una mirada.
Una dulce sonrisa.
La jodida música.
Las putas luces.
El asqueroso frío.
El tiempo pasado.
El coche esta helado. Tus manos tiemblan y no es por la temperatura. Rompes a llorar. Tardas en salir de esas calles que tanto odias. De esos paseos que ahora recuerdas. Lo niegas. No, no, no. Amas, ahora lo sabes. Perdida entre esas farolas que un día te alumbraron ves como se derrumba tu propia mentira. Huyes, es lo que mejor sabes hacer...

*Quiero irme, morirme, saber lo que hay después y volver para contártelo metido en un cuerpo mas firme...*

2 comentarios:

Carlos dijo...

aun stoy flipando por tu espantada. y lo q as scrito no m a aclarado muxo la situacion. spero que no fuera x nosotros. y ya sabes niña, si la cosa va mal...ven a sacedon!

AnickA dijo...

No fue por vosotros no. Gracias por todo. Y si prometido, la próxima en Sacedón, aunque tenga que coger la mierda de la A2 *grrr*