16 abril 2012

BÚRLATE SI QUIERES


Se que soy infantil, a veces caprichosa, en ocasiones consentida y que todas las noches me echo colonia por todo el cuerpo para que mi sueño, o al menos esa creencia tengo, sea mas placentero.

Creo en Dios, sin ningún nombre en concreto, pero confío en que hay algo mas allá de lo terrenal que me ayuda cada día a ser un poco mejor persona.

Mezclo las comidas sin ningún sentido, sobre todo sin el del gusto. Junto judías pintas con chocolate y me encantan las galletas saladas con leche condensada. Mi comida favorita son los cardos con besamel y odio con todas mis fuerzas cualquier tipo de pescado esté como esté cocinado, excepto el salmón que me pierde sea como sea.

Soy del Real Madrid C.F. hasta la médula, y aunque respete al Barcelona como equipo español deseo su derrota en cualquier enfrentamiento nacional, eso si, siempre y cuando hablemos de fútbol, porque si hablamos de baloncesto... El Madrid es mi peor pesadilla, y apoyaré hasta el mismo día de mi muerte al Estudiantes C.B. Llamadme "demente" por esta incongruencia, en realidad me encanta.

Me encantan las películas y series antiguas, y probablemente no sepa valorar el buen cine ni haya visto todas esas películas que la gran mayoría de gente de bien considera "clásicos" o "de culto", ni me enganche a las series de moda con gran argumento y tantas temporadas como dientes le van saliendo a mi sobrino. Y a mi edad me flipan los dibujos animados.

Se comportarme en situaciones en las que se requieren ciertas normas, y considero que se ha de ser protocolario en casi todas las situaciones de esta vida. No puedo comerme una pizza o un sándwich con la mano, tengo una maña excepcional para pelar gambas con cuchillo y tenedor (siempre que estén correctamente cocinados), se distinguir los distintos utensilios de una cubertería y nunca me equivoco al coger el pan del lado que me corresponde. Odio a la gente que hace ruido al comer y aborrezco a los que lo hacen con la boca abierta.

A su vez, se que conduciendo sale lo peor de mi, y soy capaz de pensar, y lo que es peor, decir mas de 20 tacos distintos en seis segundos sin repetir y sin tener remordimiento alguno cuando algún otro conductor me hace "una pirula", pero me lo permito porque jamás se me olvida poner un intermitente, circulo por las glorietas de la forma correcta y respeto las indicaciones como si me examinara del permiso de conducción casi todos los días.

Soy malísima con las matemáticas, no soporto las faltas de ortografía o del lenguaje, y me pone nerviosa mantener conversaciones con gente que tenga algún defecto al hablar, en especial los que "cecean" o se les escapa un silbido al pronunciar ciertas palabras. Y descarto de mi vida a la gente que es capaz de no poder mantener una conversación fluida si le cambias de tema.

Tengo mil manías estúpidas. No permito que alguien lea una revista, libro, periódico o similares publicaciones si no las he leído yo antes, especialmente porque la mayoría tienden a destripar su contenido y me privan de poder descubrirlo personalmente. No puedo dormir con las puertas de los armarios abiertas o con algún cajón sin cerrar. Tampoco duermo si escucho relojes sonar. Mucho menos si la cama tiene sábanas y no está el embozo bien hecho y me roza el borde de la tela.

Y a pesar, de todos estos defectos, hay gente en mi vida, que los considera virtudes y me quieren tal y como soy. Y hasta hay quien me ama sin condición ninguna impuesta y aunque estén al borde de la hipotermia en un lecho que comparten conmigo, se quitan los calcetines porque saben que para mi, están prohibidos en la cama.

Si la gente que me rodea, ha sido capaz de ensalzar esta lista de situaciones en mi personalidad como si fueran buenas, y aunque las comenten y rían mis excentricidades después me dicen "pero te quiero igual", me dan un beso, un abrazo, y me muestran la mejor de sus sonrisas, sólo por eso, me da igual que se burlen.

10 abril 2012

¿QUÉ QUIERES QUE TE DIGA?

En algún momento, que no recuerdo muy bien, llegué a soñar con que la felicidad plena en mi vida sería simplemente poner una lavadora y que tu ropa se mezclara con la mía.
Poder recoger tu taza del desayuno por las mañanas y dejarla en una pila con los platos sin fregar de la cena de la noche anterior.
Escuchar la puerta de una casa que fuera nuestra, y ayudarte con las bolsas de la compra al verte entrar cargado con ellas.
Que me despertaras en la madrugada porque me hubiera quedado dormida en tu hombro mientras veíamos la película que con tanta insistencia te hice alquilar.
Que en algún momento, pudiéramos estar tres en un baño, formáramos una familia, tu fueras el padre, yo la madre y en la bañera tuviéramos a un pequeño o pequeña con el que compartiéramos juegos.
Con algo mas de tiempo, ver como ese pequeño nos hiciera felices con otros mas pequeños y pasear por un parque con ellos y que nos dijeran "abuelos"
Y ver blanquear tus cabellos, o tu cabeza despejada, y mientras se arrugara mi piel disfrutar de nuestra vejez hasta el final de nuestros días.

Pero...¿qué quieres que te diga?

También en algún momento, que tampoco consigo recordar con claridad, noté que tus gustos, siempre eran de mejor calidad que los míos.
Que tu supuesta objetividad, era eso, supuesta, y que por ende nunca podía tener yo razón.
Tus planes superaban de largo los míos y siempre quedaban por debajo.
Tus prioridades no eran las mismas que las mías y siempre quedaban relegadas a un puesto, o a varios, por debajo de tus ideas.
Que tus errores se podían solventar con palabras, pero los míos por mucho que los enmendara siempre pesaban y arrastraban una falta de confianza que no sabía como evitar.

Tu siempre fuiste lo más.

Y sin embargo, en estos momentos, y todos los días hasta hoy, puedo recordar perfectamente todos estos pros y contras, y depende del día, al ponerlos en la balanza imaginaria de la eterna oportunidad, a veces pesa mas de un lado y otras, se inclina hacia el contrario.

Y con mas ganas que nunca, escucho a "La Casa Azul" para saber realmente quién soy yo y que no te gusta de mi.