17 febrero 2010

SALTO AL VACÍO

Podría parecer culpable de este sentimiento, pero no quiero culparme de lo que no domino.
No quiero quererte con cada uno de mis latidos en la noche, mientras tu dormitas solo en tu cama o quizá abrazando otros cuerpos. No puedo evitar que esto ocurra, y me gustaría que entendieras lo que siento por una vez, aunque se que en el fondo sabes que te amo y lo callas por no hacer mas violenta la situación cada vez que me enfrento a tu mirada.
Quisiera tener valor y leerte todas las palabras que he escrito en tu nombre, contarte una a una las lágrimas que he derramado y que sigo derramando por ti, y mostrarte como se eriza mi piel a cada instante al recordar tus besos sobre mi cara, mis labios y mi cuerpo.
Sin embargo callo, y aunque quisiera mostrarte el mundo en el que tu vives dentro de mi, en ese en el que te amaría hasta después de muerta, ese mundo que me gustaría trasladar a mi día a día y poder hacerlo realidad, el miedo a que esa pequeña utopía imaginaria se vuelva gris dentro y fuera de mi, hace que siga adelante como si nada pasara.
Y cierro ese mundo con llave y salgo a tu encuentro, en ese cuarto que huele a cenizas. Cenizas que quedan de aquel fuego que una vez alumbró nuestros cuerpos. Me pongo la armadura de caballero y subo alto, muy alto, para tirarme en picado, en caída libre, y hacer otro salto al vacío inmenso de tus brazos.

No hay comentarios: