12 marzo 2010

OLE YO

Desapareció Gayofa de mi armario, se fue con el león y el tiranosaurius rex que vivían debajo de mi cama. Ahora abro el armario de mi habitación sin miedo a darme un susto y me levanto de la cama apoyando los dos pies firmemente en el suelo, ya no salto al levantarme.
También marcharon los dos cabezones sin cejas y con ojos fosforescentes que vigilaban mi habitación desde el exterior de la ventana. Eso mejora mucho mi conducción nocturna y no hace que me asuste cada vez que piso el freno en una carretera secundaria cuando no hay nadie mas en la carretera, ya no creo que me sigue un platillo volante con luces rojas.
Se han volatilizado, así como las ganas de matar que me entraban si alguien leía alguna de mis revistas antes que yo, ahora hasta las ofrezco, eso si, voy supernado poco a poco eso de que me cuenten lo que pone...
Y la asquerosa sensación de no poder comer si lo hacía de espaldas a la puerta de la cocina, restaurante o salón, también se ha ido, que gustito da comer donde te plazca, pero ya sabéis a mi ritmo, eso de comer despacio no se va.
También el no poder dormir en una cama que no estuviera pegada a la pared si no lo hacía acompañada. La manera de reubicar mi cuarto y la impepinable necesidad de aprender a llenar mi cama yo sola cuando hasta hace poco la ocupaban dos, hacen que esto sea mas fácil de lograr, aunque reconozco que a veces necesito poner un par de cojines a mi espalda e imaginar que hay alguien ahí. Me imagino al que nunca ha lenado ese hueco de manera regular, pero bueno, eso es otro cantar.
Y lo que mas me llena es que ha desaparecido tanto la excesiva falta de cariño hacia las personas que quiero, y la desmesurada moñería con la que me he levantado estas semanas atrás. He llegado al punto intermedio de no llorar por no tener un beso ni tampoco ladrar si me lo daban. Ya no me da miedo enamorarme ni tengo pánico a enfadarme conmigo misma porque eso suceda, aunque tampoco lo busco ni sueño con ello pues ya no tengo ningún tipo de reparo a quedarme sola. Vamos que finalizo la racha de consejo de Nenas a las 3 de la mañana porque no le he visto hoy y el llanto absurdo de "te quiero y como tu a mi no me enfado y no respiro y mi vida es una mierda".

Tal vez me esté haciendo mayor y esos miedo estúpidos e infantiles hayan pasado a mejor vida. O quizá sea que vosotros, a base de mostrarme esa visión de mi que no conseguía tener por mi misma, habéis conseguido que lo que antes no superaba el granito de arena y yo hacía que pareciera un mundo, ahora no sea así. Y ahora mi mundo es el que yo quiera, sin excusas baratas, sin manías tontas y miedos no infundados. ¡¡¡Ole yo!!!

No hay comentarios: