16 febrero 2013

DIFICULTAD

Hay muchas cosas que no son difíciles de por si. Nosotros las hacemos complicadas.

En si no hay dificultad ninguna en decirle a alguien la verdad, pero nos es mucho más fácil si la otra persona no te está mirando con sus preciosos e intimidantes ojos.

No hay mucha complicación en dar un beso, lo hacemos difícil en meditar las consecuencias que puede acarrear si besamos a esa persona que nos puede enamorar y hacer que perdamos la cabeza, los papeles y el poco raciocinio que podamos tener.

No es complejo el acto de pasear con alguien una tarde de invierno, sólo hay que echar un pie delante y después otro, pero lo hacemos engorroso si pensamos que eso nos gustaría hacerlo en otro contexto que no es posible por circunstancias personales.

No es nada enrevesado imaginar cómo, cuándo, cuánto y dónde le harías el amor a quién llena tu mente de sonrisas, lo realmente engorroso es aprender a diferenciar lo que está en tu mente y comprender que la imaginación es libre pero los actos no.

No es difícil enamorarse de alguien, y menos aún si ya has estado enamorada, o si nunca has dejado de estarlo. De hecho es fácil, muy fácil, sabiendo que la otra persona es la que siempre has deseado que complemente tu vida. Pero lo convertimos en una situación embarazosa, si cavilamos los efectos que pueden dar lugar a situaciones posteriores poco agradables para los que nos rodean, o tal vez para nosotros mismos.

¡Qué fácil es amarte! ¡Qué difícil olvidarte! 





No hay comentarios: