Para empezar contar que el puñetero examen de acceso que me tenía tan agobiada, ya pasó. Pero el año que viene, será igual, este año no apruebo ni de coña. Y vuelvo a repetir, no es que no sea nada optimista, es que soy muy realista y se hasta donde llego.
Y tras esto, pues deciros que me he dado cuenta que soy demasiado inocente, me creo demasiado lo que dice la gente, defecto asqueroso en mi, dar la confianza que no se merecen. Y es que siempre he sido de las que se portaba mal para pasarselo bien (y estar bien) y ahora que me porto bien, como una niña buena lo paso mal. Gilipollas yo. Antes besaba príncipes destrozando reinos, y ahora quiero besar a la rana equivocada, esa que nunca llegará a ser príncipe.
Es lo que tiene haber estado toda la vida muy a gustito en la copa de árbol, viendolo todo desde arriba y sin bajar al suelo. Actualmente estoy en el suelo, me tiraron de arriba, o me caí del guindo, no lo se, pero no puedo permitirme caer mas, que una cosa es estar de pie y otra arrastrarme o de rodillas. Y con alguno que otro ando de rodillas suplicando lo que no me va a dar en la vida.
Ya ¿no? Hasta aquí llegó mi inocencia contigo.
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