FÚTBOL Y SIRENAS

No se puede pedir lo que no están dispuestos a ofrecerte, al igual que es absurdo esperar que te regalen lo que nunca se ha ofrecido, ni por la parte propia, ni por la ajena. Y es que a veces, valoramos a las personas mas de lo que merecen. Creemos que tienen unos valores y cuando brillan por su ausencia e intentamos buscarlos dentro de ellos, nos decepcionamos.

Claro está, que este cruce de sentimientos e intereses los tenemos todos. Es naturaleza humana el necesitar a tus similares. El sentirse arropado por los semejantes, que en mayor o menor medida, buscan en sus vidas el mismo objetivo: la felicidad.

Pero como en los equipos de fútbol, hay regiones y categorías, y una cosa es disputar un amistoso, o incluso jugar largas temporadas y ascender poco a poco de categoría, y otra muy distinta que un equipo de barrio quiera llegar directo a ganar la champions league. Son ligas distintas, y no todos jugamos en la misma.

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Como en los cuentos antiguos de marineros, en ocasiones escuchamos mas de la cuenta los cantos de sirena, y nos dejamos atrapar por su melodía, hasta llegar a la orilla de la isla y ser devorados en cuerpo y alma por las preciosas oceánidas. Y cuando nos han utilizado como han querido, nos arrojan de nuevo al duro oleaje del mar para que, por si fuera poco, nos siga castigando el cabrilleo del océano. Aún así, somos marineros, y aguas seguiremos surcando, y sirenas continuaremos escuchando, hasta que quizá algún día, aprendamos a ignorar las canciones con las que nos llaman.