08 diciembre 2007

MONASTERIO DE PIEDRA

Tenía ganas de ir hace tiempo, ya que no lo conocía, mi madre dice que si, pero que era pequeña y que por eso no me acuerdo, así que se lo comenté a Héctor, y luego a la Nena y a Tiki, y decidimos que nos íbamos al monasterio de piedra.





Lo dicho, el miércoles por la tarde saldríamos hacia allí, pasaríamos la noche en Nuévalos y por la mañana iríamos al monasterio a pasar el dia hasta la tarde que regresaríamos a Madrid que el viernes trabajábamos todos menos la Nena, que estaba de vacances.

Llamamos a los hoteles y hostales de Nuévalos para ver donde nos hospedábamos...(atentos al detalle)
-Si dígame.
-Buenas tardes, quería saber si tenían habitaciones para esta noche y el precio de las mismas.
-Si tenemos, la habitación doble son 50 euros.
-Mire es que queríamos una para 4 personas.
-Si tenemos si, el precio son 56 euros.
-Bueno háganos la reserva.
- ...

Aceptamos la oferta, Héctor y yo salimos a por la Nena y Tiki, los recogemos y nos ponemos rumbo a Nuévalos. Paramos en una gasolinera y nos abastecemos de comida enriquecedora a mas no poder, pringles, yorkeso, mejillones, funcionas (los que ya no son bio frutas) de medio litro (si, en todos sitios menos en Madrid), sandwiches, empanadas, caramelos y coca-cola zero para "compartir". Continuamos el viaje y llegamos al hostal, mae mía este pueblo da un poco de miedito, no hay nadie, excepto el rumano de procedencia que nos esperaba en la puerta del hostal. Entramos en la habitación y comprendimos porque el precio era aquel, nos metieron como sardinas en lata en una habitación doble con sus dos camitas y una litera, no quedaba hueco en la habitación mas que un pasillo estrecho por el que conseguíamos llegar a las camas. Os aseguro que había mas sitio en el baño que en la habitación.

Nos acostamos, sufrimiento, un calor de tres pares de narices, y yo quemándome toda la noche con el radiador que mas que desprender calor el muy jodío quería hacer tatuajes si te acercabas...No amanecimos como nos acostamos, la única que permaneció igual fue la Nena, ella tan agustito ahi arriba con su DS.

-grrrrraaaarrrr (tiki comparte)
-Dios, ese lo ha masticado.

Nos duchamos por la mañana (ya sabéis como son nuestras mañanas), buscamos el sitio para pagar, complicado, resulta que duermes en un edificio y pagas en un bar de pueblo, estuvimos a punto de hacer un "simpa" por no encontrarlo. Metemos las cosas a presión en el maletero del coche (lo que echo de menos mi Focus con su amplio maletero, y lo que deseé un coche como el Volvo de Jore en aquellos momentos) y ale pal monasterio.

Nos costó eso del aparcamiento, aparcamos donde nos dio la real gana, pasamos al recinto y lo primero que vemos es la tienda de recuerdos, y ale pa dentro. Compramos de todo, adoquines, frutitas de Aragón, una Pilarica que te dice el tiempo que va a hacer, chocolate, postales, postales, postales...Entramos en el restaurante "barato", por lo visto había otro caro, mejor no pensar lo que nos hubiera costado comer ahí, porque a nosotros el menú nos costó 12.50 euros. La comida estaba buena eso si, la canela no me sentó muy bien, pero estaba buena.

Por fin pagamos la entrada y nos adentramos en aquel bosque fantástico. Yo no lo sabía, pero me esperaba un recorrido lleno de subidas, bajadas, escalones, grutas, cascadas...
- Lorena no subas por ahí que no hay nada
(y yo subo, hasta el final, hay un letrero que pone "salida", yo bajo)
- Oye (respiro) no subáis (respiro) por ahí (respiro) que no hay nada.

En serio, es un paraje precioso, la cola de caballo, la cascada caprichosa, la gruta arcoiris, el lago del espejo... hicimos mil fotos, subimos y bajamos miles de escalones, esquivamos ramas, resbalones y suelo embarrado, nos mojamos un poco en la gruta y casi pasamos todo el recorrido sin ninguna caída, y digo casi porque como para no variar, me caí, casi al final eso si, y porque me escurrí con las hojas, dicen que había un plátano, yo en realidad vi un conejo, quise atraparlo.

Luego estuvimos en la visita guiada del monasterio, tuvimos que esperar un poco a que empezara...
-Tu te quedas con mi cara y yo me salgo fuera y luego entro.

El monasterio muy mono, con sus monjes ahí haciendo vino, su techo negro de la cocina, sus huesitos de muertos...En fin esto se acaba y volvemos a Madrid...





















1 comentario:

Anónimo dijo...

me parece muy mal que no hayas hablao de la mañica feliz k te vendia las postalicas y los llavericos.