06 marzo 2013

DESNUDA

Frente al espejo. Sin ropa. Solos el espejo y yo.
He estado observando mi cuerpo sin mas. Durante bastante tiempo, deteniéndome en cada señal, cada cicatriz, cada marca que esconde. Cada pliegue, cada kilo de más, cada pelo de menos.
Algunas marcas las he forzado, ya sabéis, tatuajes, piercings. Otras han sido fruto de mi alocada forma de ser durante muchos años. Otras me recuerdan lo duro que ha sido llegar hasta aquí.
Todas y cada una de las marcas, me hacen recordar por separado lo que aprendí en cada momento. Creo que todas son el mapa del tesoro. El camino que he seguido para convertirme en lo que soy.
Tengo marcada la luz que me guía, la cobardía que mostré, al amor de mi vida, mi secreto mejor guardado, el tiempo que perdurará mi alma, y el error mas grande que se puede cometer. Poseo la señal de la valentía, el arrojo de mi familia, las ganas de vivir, la cabezonería pura y dura, el placer de la infancia y el miedo a la muerte.
No me agrada mi cuerpo, no me gusta mirarme. Mucho menos que lo miren. Podéis llamarlo complejo, no me importa, se qué tengo, cómo lo tengo y que pueden tener los demás. Pero al fin y al cabo, es mío.
Con sus brazos para agarrar a mi sobrino con fuerza, con mi cerebro para progresar, con mis pies para jugar, mis piernas para correr, mi estómago para sentir las mariposas al verle, mis ojos para llorar y mi boca para reír, besar y poder expresar lo que siento. Y por supuesto mis manos para escribir y desahogarme en silencio cuando no puedo gritar.
Es mi atlas personal, la senda recorrida. Hoy creo que le he empezado a coger cariño a mi cuerpo, no será perfecto, pero hoy aquí estamos.
Frente al espejo. Sin ropa. Solos el espejo y yo.

No hay comentarios: