Se que nuestras prioridades son distintas, pero por alguna razón sigo pegada por su magnetismo. ¿Qué me está pasando? Siempre he sabido controlar este tipo de sentimientos e impulsos. Mantener la cabeza fría para no meterme en berenjenales, alguna vez si tengo que reconocer que he llegado mas lejos de lo que quería, pero siempre paré a tiempo.
Ahora no puedo, me es imposible. Es como si fuera en un Ferrari por un circuito cerrado. Voy muy rápido, es peligroso, pero el acelerador es tan suave... Girar el pie y tocar el freno es algo que me planteo, sin embargo, la sensación de velocidad y seguridad en este coche es tan grande y placentera. Puedo salirme de la pista y chocar, lo sé. Se que hay otros circuitos, otros caminos que no son cerrados, que los puedo recorrer en coches mas amplios, confortables, incluso con un chófer que me lleve y yo no tenga que hacer nada... Ainsss, me gusta mi Ferrari.
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